Buenos días mis queridos habitantes, os traigo una nueva imagen para Imaginar.
Esta vez de trata de un Misterioso Bosque.
Corría por el Bosque intentado no
tropezar con las raíces que sobresalían del suelo.
Unos aullidos se oían en la distancia,
estaban cerca muy cerca,
tenía que correr más rápido. Los había despistado cerca de la laguna, pero seguían tras su pista.
Esa mañana había descubierto el bosque, y su alegría se había vuelto ensombrecida por el terrible descubrimiento que dos horas atrás había hecho.
Aquel lugar les pertenecía y no iban a dejar que ella escapara, por eso tenía que correr con todas las fuerzas de las que disponía su cuerpo, lo tenía que conseguir, no podía flaquear...
¿Y a vosotr@s que historia se os ocurre? ¿Qué escena os imagináis ¿Qué os inspira este Bosque Misterioso?
Si queréis también podéis continuar la historia que yo he empezado, vosotros sentiros libres de echar a volar vuestra imaginación.
*Os recuerdo de que va la sección:
Aquí colgaré un objeto, un paisaje o un ser vivo o cualquier otra cosa y me gustaría la participación de todos vosotr@s para crear un espacio lleno de mágica imaginación. Son válidas tanto las respuestas en plan divertidas o las respuestas más poéticas, lo importante es divertirse y ver de lo que somos capaces de imaginar. (No se admiten cosas groseras ni de alto voltaje ya que este es un blog para todos los públicos,tampoco nada demoníaco a fantasmal)
Puede ser una o más de una descripción, o seguir el hilo de alguno de los comentarios anteriores al vuestro.
Pero por más que se dejó el aliento repartido entre la vegetación de medio bosque, la manada acabó acorralándola en un claro. La rodeó lentamente estrechando el círculo cada vez más. Casi podía sentir en la piel sus cálidos y hediondos alientos, las miradas sanguinolentas clavándose, ardientes, sobre su cuerpo delgado, anegado en sudor. Ella jadeaba agotada y angustiada; la manada jadeaba ansiando su sangre.
ResponderEliminarY por entre el sonido de tantos jadeos sonó un disparo...
Mi historia seria .....
ResponderEliminar"Estaba perdida, no sabia como pero había despertado en ese bosque misterioso.
Todo se veía hermoso, tan verde y vivo que no daban ganas de salirse de el.
¿Pero como había sido que había despertado en ese lugar?
Lo ultimo que recordaba era que estaba paseando por el valle recogiendo flores para mi casa, extraño en verdad.
Hasta que lo recordé, el me trajo hasta aquí.
Si, ese hermoso ser de ojos verdes.
Un ser, dije bien,
Lo se porque siento ahora mismo su mirada y no es humano.
¿Un duende tal vez ?
No lo se, pero lo pienso descubrir."
No soy muy buena creando pero esto me imagine !!
Besos
Judith!!!! No me puedes dejar así, esto es lo malo de dejaros jugar, que luego me dejáis a medias...
EliminarMe encanta, gracias por participar, espero que se te ocurra como sigue y me lo pongas por estos lares en el momento en que tu quieras.
Besitos.
Es ideal para una de mis novelas... "Sólo grita mi nombre" ...
ResponderEliminar-->Allí entre las sombras pesadas de aquel bosque se sentía libre. Podía percibir la vida de cada uno de los seres que permanecían ocultos, temerosos del ser humano... no de ella. El último resqicio de la madre naturaleza, su cer más puro y sediento de venganza...
Corrió esquivando cada uno de los árboles que se cruzaron en su camino, abrumada por los sonidos y por olores que la rodeaban, mientras su corazón clamaba por la libertad que lo embargaba. el fresco aroma dio paso a aquel perturbador olor que advirtió de que él y estaba allí... con ella.
Espero que os guste...
La joven mujer terminó con los quehaceres del día, puso orden en su pequeño apartamento y se preparó para dormir, con una taza de chocolate caliente en la mesilla y un libro de fantasía sobre el regazo. Muy pronto, el sueño la venció, el libro cayó a un lado de la cama, y se quedó dormida. Al despertar, sin saber cuánto tiempo había pasado, sintió su almohada más suave, el aire más limpio, y cuando abrió los ojos, cuál no sería su sorpresa al ver que no se encontraba en su dormitorio, sino en un bosque como el del cuento que leía antes de dormir. Se pellizcó para saber si estaba soñando, pero la imagen no varió. Dudó acerca de qué hacer, si quedarse allí, o avanzar, pero tras pensarlo un instante, decidió descubrir lo que los secretos del bosque podrían mostrarle. No estaba segura de si era un sueño en realidad, o no, pero sí que deseaba permanecer mucho tiempo en ese lugar, solo para conocer la magia que la rodeaba.
ResponderEliminarHa salido un poco raro ;)
Hola Laidy: Extrañaba esto!! Me gusta la imágen y mi mini historia sería...
ResponderEliminarCuándo la arboleda, se trasformó en el bosque que ahora me rodea, no lo sé, me encuentro obsevando el lugar, que a unos pasos se espesa y apenas permite que la luz penetre hasta mi...pero algo atrae mi atención, desmonto a Black, pues lo angosto del camino y su espesura va impedir que avance sobre él.
Lo dejo allí olfateando la hierba mientras me dirijo a ver esa silueta de colores que pasó corriendo ante mis ojos, camino tratando de no tropezarme con ninguna raíz que sobresale, ni hacer ruidos con las ramas que por doquier se hallan esparcidas por el camino...
Me detengo de golpe, extasiado con la imágen que se presenta ante mí, es un claro que el bosque parece proteger, donde se halla una hermosa laguna de aguas cristalinas y el sol reflejado hace de la escena una perfecta obra de arte. Me dispongo a avanzar cuando veo en la orilla a quien me llevó hasta allí, es una jóven vestida con ropajes costosos, está agitada, mirando para todos lados, en su rostro veo el miedo.
De repente entre las malezas frente a ella sale una bestia, dispuesta a atacar...sin pensarlo saco el arco y flecha, que llevo en mi espalda y disparo contra el animal. El grito de la jóven hace que salga detrás del tronco donde he observado la escena y corra donde ella. Al llegar, le tiendo la mano para ayudarla a levantarse y veo como luego de hacerlo, levanta hacia mí unos bonitos ojos verdes, llenos de temor y algo más...me hubiese gustado saber que era pero cuando me vió por unos instantes, sus ojos se cerraron y me encontré tomandola en brazos para que no cayera cerca del lago...
Bueno creo que me he exprimido la media neurona que tengo para darte este pequeño relato, recordá que yo no sé escribir (bue te abrás dado cuenta ya) pero este juego tuyo me encanta >_<
Besitos =)
La continuación de tu trozo, Laidy. (Narrado en 1º persona)
ResponderEliminar...No podía correr más, la fatiga se acercaba a pasos agigantados. Correr por un sitio del que no sé nada resulta peligroso, pero es más peligroso quedarme parada. De un momento a otro podían encontrarme. Por un momento deseé no haber encontrado este bosque jamás, pero ahora no me puedo echar atrás. Esta si es una cuestión de vida o muerte. Quién sabe que me harían cuando me encontraran, quizás me matarían o estaría presa por toda la eternidad... Fuese lo que fuera que me harían yo no quería que eso sucediera. Tras esos 20 segundos de descanso, que me parecieron una eternidad, volví a correr pero era demasiado tarde.... Estaban enfrente mía. Una manada de lobos gigantes...
Es la primera vez que hago esto, a ver que tal ajajaj
Besitos!!
Luly. LaberintoDeLetras
No le quedaba más remedio. Iba a seguir andando por el camino, un paso tras otro paso, y así hasta caer rendida. Ni siquiera sabía si por ahí llegaría a algún sitio habitado. Le angustiaba no volver a escuchar la voz humana. La luz se había vuelto oscuridad. Los árboles formaban ahora una cúpula negra, tenebrosa, que ocultaba la leve luminosidad de la luna. A su enorme cansancio, se unía la inquietud por esa presencia que intuía a su espalda. No lo había vuelto a ver desde el instante fugaz en el que asomó esa misma mañana. Se sabía vigilada. Aunque por extraño que pareciera, él era también su consuelo. Otra criatura viva, llegada de no se sabía que mundos ocultos, que también respiraba y al que el menudo cuerpo de ella, despertaba desconfianza y temor.
ResponderEliminarConozco el bosque como la palma de mi mano, he vivido aquí desde que tenía siete años y no tengo recuerdos de cómo era mi vida antes, es como si mi breve existencia anterior al bosque se hubiera borrado de mi memoria. Puedo caminar durante horas y reconocer cada curva, cada rama sinuosa, cada uno de los árboles, plantas y matorrales. También conozco las especies que lo habitan,las ardillas, los búhos, los pájaros... Todos somos habitantes del bosque, todos nos conocemos y nos entendemos. Por eso, sé que hay alguien o algo diferente, hay alguien que se ha introducido en nuestro mundo, la niebla lo oculta, pero está ahí, y yo, al igual que todos los demás habitantes del bosque, siento temor, temor a lo desconocido...
ResponderEliminarContinuacion de tu trozo mi Laidy, y el de Luly deletras
ResponderEliminar" -Esto no me podia estar pasando a mi, sus alientos, sus ollares resoplando solo significaban una cosa, en cualquier momento querrian comer, y creo que soy el plato principal.
Mire para un lado y otro, mientras intentaba recular, necesitaba una via de escape,alguna iluminacion divina,un heroe...alguien que la sacara de este aprieto.
Mira que tenia mala suerte...cualquier desperfecto,ella, mal de amores,ella,accidentes,ella...pero èsto era la gota que colmaba el vaso,pensaba mientras los lobos avanzaban paso a paso, mientras no dejaba de recular, y exclamaba susurrando:
Lobitos,buenos,lobitos nuevos- decia a la vez que pensaba¿Los lobos no se habian extinguido?Pues todos los que quedan se personaron ante mi.
Hasta que perdio pie, y un agujero se la trago, mientras se oia su grito:
-Y ahora que....!!!!!
Besitos grandes!
¡Vaya nivelazo!! A ver que se me ocurre a mi...
ResponderEliminarEl cazador acechaba entre los arbustos, su presa había acudido cada noche desde hacía una semana y él la había observado, cada noche. Era un animal magnífico, si conseguia atraparlo con vida se haría famoso. Le parecía increible que aquel hermoso animal existiese, claro que eso se debía únicamente a que se escondía en aquel bosque... un bosque en el que pocos se atrevían a entrar, no porque hubiese leyendas siniestras o estúpidas supersticiones sobre aquel lugar. No, era mucho más simple, era un sitio realmente peligroso, tierras movedizas, plantas venenosas que con un sólo roce podían provocarte la muerte, animales feroces y extraños...Extraños como aquel hermoso ejemplar que se acercaba otra vez a beber. El cazador preparó su escopeta de dardos tranquilizantes, apuntó... pero no disparó, no fue capaz. Sí, se haría famoso, pero el bosque en el que había aprendido a esconderse de pequeño también sería famoso. Pronto llegarían los biologos, los excursionistas, los curiosos... Bajo el arma y contempló la belleza que otros no sabían ni que existía. Perfirió seguir siendo un simple cazador y no el descubridor de los unicornios.
La luz se filtraba entre las coníferas salvajes y los esbeltos y elegantes árboles lozanos.
ResponderEliminarInspiró de la pureza del aire primaveral mientras sus viejos pies descalzos andaban entre tierra húmeda de lo que se perfilaba como un sendero que cruzaba el bosque.
Su andadura parecía solitaria para un ojo inexperto, pero en lo alto de las copas de los árboles se aposentaban los que hasta ahora habían sido su familia por más de quinientos años: jóvenes y viejos que pronto andarían el mismo camino que ella recorría.
Las hojas dejaron caer las gotas de agua del rocío que con tanto celo guardaban, cual lágrimas de despedida. Los troncos se movían y gemían al ritmo de la suave brisa como si de lamentos se tratara.
Sonrió. Abandonaba aquel mágico lugar sin temores ni dudas. Éste le había dado todo cuanto una ninfa pudiera desear.
Alargó sus largos brazos a los lados y cerró los ojos sin dejar de caminar mientras sus dedos se movían incansables en busca de la energía verde y musical de los helechos.
Se sintió llena de ella tan pronto vio la desaparición de los troncos y amaneció ante ella la inimaginable y caliente luz.
Fue desapareiendo del mismo modo que llegó al mundo, convirtiéndose en copos de aire que volverían de nuevo... a su hogar.
Voy con el mío, pero no me tengas en cuenta hoy, que mi cerebro va a su bola, como casi siempre. Esto es lo que me sugiere esa maravillosa imagen.
ResponderEliminarAbrió los ojos, el sol empezaba a salir y los rayos, débiles aún, luchaban por atravesar las hojas de los árboles. Se estiró e intentó quitarse el frío de la noche, que lo tenía aterido. Odiaba dormir a la intemperie, pero esta vez no hubo alternativa. Estaba lejos de cualquier signo de civilización. Los sonidos del bosque lo habían mantenido despierto la mayoría de la noche por lo que estaba cansado. Pero debía continuar su camino. El hechicero le había dado unas instrucciones muy claras, si deseaba volver a casa y terminar con esta maldita guerra injusta y sin sentido, debía hablar con la bruja y ella no sería fácil de encontrar. Maldijo su suerte otra vez. ¿Quién era el culpable de tan aciago destino? ¿Acaso él no tenía voz ni voto en su propia vida? Solo quería que todo acabase, quería volver a su aldea, volver a su casa, ocuparse del campo y de sus animales, encontrar una buena mujer y formar una familia. ¿Eso era mucho pedir? Al parecer sí, pues por las palabras de un hechicero loco, que interpretó una profecía estúpida a su antojo, él , de la noche a la mañana era el responsable de salvar a todas las gentes del reino del ataque indiscriminado de esas horribles y malvadas bestias.
Sacó un trozo de pan duro y un poco de queso de su macuto y se dispuso a comer, mientras se ponía en camino. El bosque cada vez era más espeso, más oscuro y más hermoso. Criaturas extrañas lo observaban. Ninguna se le acercó por lo que él no las molestó. Mientras caminaba pudo observar la belleza que lo rodeaba. Árboles enormes y centenarios por doquier, flores jamás vistas, salpicadas por aquí y por allí, llenaban el ambiente de una embriagadora fragancia, mientras sus colores alegraban la vista.
"Pocos hombres antes que yo pisaron estas tierras" pensó, y así era, el bosque estaba embrujado y las brujas lo protegían, nadie con el suficiente valor o locura, según se mire, que se había atrevido a cruzarlo, había salido de él, al menos no con vida.
Suspiró.
-Espero tener mejor suerte -dijo a nadie en particular- o al menos tener una muerte rápida y sin dolor.
-Eso dependerá de ti, humano.
Dijo una voz. Ese sonido, a medias humano le atrvesó el cuerpo como un puñal, dejándolo inmóvil y petrificado, a la espera, tal vez, de su propio final.
Pero la visión de la mujer que se presentó ante él, lo dejo aún más pasmado. Era una visión, la visión de una diosa o tal vez de un hada. Un ser mágico y hermoso, más hermoso que cuelquier otra cosa que él jamás vio o pudo imaginar.
"Si he de morir, no creo que haya mejor imagen para llevarme al otro mundo" pensó.
Ella se acercó lentamente hasta que casi se tocaban, no dejaba de mirarle con esos ojos de duende, tan verdes como el mismo musgo. Esa mirada le atravesó hasta el alma.
-OH... eres tú... Ven, llevo siglos esperándote. Por fin el elegido vuelve a mi...
Me encanta la historia. Sabiendo lo que me gustan los magos y misterio, has conseguido mantenerme leyendo desde el principio hasta el fin, pero....
Eliminar¡¡¡ESTO HAY QUE CONTINUARLO!!!
ooooooooooooooooooooohhhhh!!!! Chicas me habéis impresionado todas, iba a dejaron un comentario en cada una de vuestras huellas, pero iba a decir exactamente lo mismo, me encantan todas vuestras historias son genial, y no veas que nivelazo!!! como dice mi querida Miriam...
ResponderEliminarMe habéis dejado con muchas ganas de saber más, todos y cada uno de los fragmentos esconde grandes historias. Os felicito de corazón.
Besazos!!!
Parece que el Sr. Teclado me tienen manía y se me saltan letras... entre que también escribo demasiado rápida y no lo compruebo antes de publicar, pues eso, pediros disculpas por las faltas...
EliminarEl silencio la escuchó. Estaba tan cansada, su cuerpo ya no podía más finalmente había llegado.
ResponderEliminarAquí estoy, cumplí.-dijo casi en un susurro-Ahora es tu turno.
Se dejo caer en el musgo. la humedad del bosque poco a poco iba adentrándose en sus huesos. Cerró los ojos al tiempo que se hacía un ovillo. La niebla empezaba a cerrarse entorno suyo. Casi como si quisiera abrazarla; reconfortarla. No había pájaros, ciervos u algún otro animal solo Ella.
No me falles.-pensó
Su frágil figura era casi imposible. Cómo? Por qué a ella?.
Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras su cuerpo se convulsionaba con los sollozos que no quería dejar salir; si los dejaba irse... Qué le quedaba? Eran suyos, lo poco que aún conservaba.
Un ruido lejano, pasos firmes, amenazantes se acercaban.
Sintió como la vida se le escapaba poco a poco.
Estoy lista.-se dijo al tiempo que suspiraba.
En ese preciso instante una sombra se paraba detrás de ella....
El bosque estaba tan callado, solo el susurro de el viento entre los árboles la escuchó. Lo prometí. He cumplido.-dijo casi en un susurro-No me falles.
ResponderEliminarSe dejó caer en la tierra cubierta de un suave musgo; era lo más suave que había tocado su piel en mucho tiempo. Poco a poco sintió como la humedad iba adentrándose hasta sus huesos. Se sorprendió un poco pensando en ello. Estaba cansada, el frío en su interior dolía más cada vez.
La niebla la cubría amorosa desdibujando su figura; no había pájaros, ciervos, nada. Las lágrimas empezaron a caer sobre sus mejillas al tiempo que los sollozos convulsionaban su cuerpo.
No más por favor, no más. No puedo seguir.-alzó los ojos al cielo plomizo que se cernía amenazando con tormenta; la tranquilizó saber que así tenía que ser.
Estoy lista.-se dijo- al tiempo que una sombra se detenía bruscamente frente a ella.
El nivel hace que me lo piense muy mucho, pero debo participar... allí va mi imaginación....
ResponderEliminarLlevaba todo el día encaramado a la copa del árbol, desde allí, trataba de adivinar la llegada de su presa, pues el follaje del bosque le impedía ver más allá del suelo que tenía debajo. Pero sabía que ella tendría que pasar por aquel lugar, era lo que siempre hacia.
Era la única mujer que alguna vez le importó algo, pero después de su traición, ni siquiera quería verle. Se lo merecía, pero eso no significaba que tuviera que resignarse.
Por fin escuchó la melodía de su voz, mientras tarareaba una canción, la misma que él la cantaba al oído cuando bailaron el día que se anunció su compromiso. Claro que ella tarareaba porque seguramente no se atrevía, ni siquiera en aquel lugar solitario, a repetir las obscenidades que el susurraba en su oído.
Salto del árbol en el instante en que ella estaba llegando. Quedaron frente a frente. Ella intento darse la vuelta, pero él la cogió del brazo.
~¿No sabes perdonar?.~ preguntó él.
~ Se perdonar tanto como tu sabes amar ~ contestó ella.
~ Te enseñaré de nuevo a creer en mi. Dame la oportunidad.
~ ¿Como podría? Rompiste mi corazón. Si quieres recuperar mi fe, tendrás que dejar que primero se recupere mi corazón.
Él la miro. Pareció dudar un instante entre abrazarla o dejarla marchar.
Se retiró a un lado para que ella pasará, pero apenas dio un paso, la estrecho entre sus brazos y la beso con la sabiduría del deseo, ella estaba tensa como la cuerda de un arpa. Poco a poco las emociones y sensaciones la fueron ablandando. Él sabía que la tenía, pero no la quería así, incompleta.
La soltó y dio un paso atrás para dejar espacio entre ellos. Los dos tenían la respiración alterada.
~ Te esperare aquí todos los domingos. Si vuelves a tomar este atajo, me tomarás a mi también. Te amo.
Ella le miro con lágrimas en los ojos, ojala pudiera perdonarle, su corazón y su cuerpo estaban deseando rendirse, pero algo en su cabeza se lo impedía. ¿El orgullo, la dignidad?
Salio corriendo por el sendero de hierba, con paso inseguro, deseando que el la persiguiera al mismo tiempo que deseaba que se quedase donde estaba.
Corro, está oscuro pero no lo suficiente, aun distingo las siluetas de los arboles a mi alrededor; ya no puedo seguir huyendo pero no debo parar, no mientras Ellos me persigan.
ResponderEliminarNo puedo rendirme y dejarme atrapar con tanta facilidad, soy su única esperanza, tengo que cumplir mi promesa; Ellos se acercan, la tenue luz de la luna y las estrellas queda oculta tras una oscura nube; están cerca.
Los puedo sentir, el bosque entero contiene la respiración, Ellos vienen tras mí… No hay escape.
«Ya he pasado por aquí», pensé. Los árboles parecían todos iguales: enormes y amenazantes columnas de madera que se retorcían en su ascensión hacia un cielo nublado y gris. Escuché unos pasos, sus pasos. Cada vez se encontraba más cerca.
ResponderEliminarSeguí avanzando, guiado más por una especie de sexto sentido que por la orientación, que hacía ya varias horas se había esfumado en aquel desierto verde. Mi corazón latía con fuerza, cada vez más y más, y sus latidos parecían anunciar mi posición, superponiéndose a todos los demás sonidos del lugar.
Más cerca, cada vez más cerca…
Me detuve en seco cuando, junto a un claro, la pude ver. La sangre no ocultaba completamente su rostro, y pude observar cómo dirigía hacia mí una mirada impregnada de odio y de locura. Una vez más, nos encontrábamos el uno frente al otro.
Sonreí mientras desenfundaba el machete. En esta ocasión, no se escaparía…
Siempre me haces lo mismo, lo dejas en la mejor parte...no vaaaaaale.
EliminarJajaja, esto me ha recordado a un cuento que escribí y que iría al pelo...
ResponderEliminarAngus McGregor se quitó su gorra de cuadros preferida y se rascó los rizos pelirrojos, como siempre que pensaba profundamente.
ResponderEliminarHacía 4 días habían desaparecido Bollito de Canela, Leche Condensada y Potito de Manzana.
Un día después habían desaparecido Gelatina de Naranja, Arroz con Leche y Yogur de Fresas.
Ayer habían desaparecido Tarta de Chocolate, Bizcocho de Frutas y Ensaimada.
Y esta misma mañana habían desaparecido Ensalada Mixta, Gominola y Pastel Vasco.
Silbó para llamar a Anchoílla, su perro pastor.
Caminó ladera abajo mientras reflexionaba y reflexionaba, pensando qué podría haber sucedido para que sus ovejas hubieran desaparecido, a razón de tres por día, sin dejar ni rastro.
Decidió ir a preguntar a los demás pastores a ver si les había sucedido lo mismo.
Fue preguntando, uno tras otro, a todos los pastores de los alrededores y todos los pastores le respondieron lo mismo, con voz enigmática:
—Hadas…
—¿Hadas? –preguntaba él.
Pero los otros pastores miraban a ambos lados y se hacían los distraídos.
Finalmente, Angus McGregor tomó la decisión de ir a preguntarles a las mismas hadas qué sabían ellas de sus ovejas desaparecidas.
Tomó un hatillo, dejó a las ovejas restantes a buen recaudo y emprendió camino, junto con Anchoílla, hacia el país de las hadas.
Atravesó el Prado Grande, cruzó en barca el Lago Estrecho, pasó a pie el puente sobre el río Corto y finalmente divisó a lo lejos el Bosque Verde, el hogar ancestral de las hadas.
Se detuvo justo donde los árboles empezaban a espesarse y miró a Anchoílla y Anchoílla le miró a él.
—¿Tú qué piensas?
Anchoílla ladró.
Angus McGregor se encogió y de hombros y se adentró en el Bosque Verde.
No tardó en ver destellos que le alertaron de que las hadas conocían su presencia. Un batir de alas por aquí. Un aroma de polvillo mágico por allá. Un estornudo agudo por acullá.
—¿Nadie te ha dicho que es peligroso entrar en el Bosque de las Hadas? –dijo una vocecilla aguda a apenas unos centímetros de su oreja.
Angus McGregor no se volvió, aunque estaba seguro de que, justo unos segundos atrás, no había nadie allí.
—Hasta donde yo sé, esto se llama Bosque Verde.
Un bufido y un tintineo y un hada con los colores del verano se plantó ante él.
No era pequeña, como solían decir que eran las hadas. Tampoco era grande como los humanos. Era más bien como un adolescente poco crecido y enfurruñado.
—Los humanos y sus estúpidos nombres –dijo el hada—. ¿Cómo llamarías tú a un lugar que es un bosque y está lleno de hadas?
Angus McGregor se quitó su gorra de cuadros preferida y se rascó los rizos pelirrojos, como siempre que pensaba profundamente.
—¿Bosque de las Hadas? –respondió al fin, no demasiado convencido.
El hada sonrió ampliamente, mostrando unos dientes puntiagudos y blancos.
—¿Lo ves? Tiene lógica.
Angus se limitó a asentir, mientras se colocaba de nuevo la gorra y palmeaba la cabeza de Anchoílla, que había empezado a gruñirle al hada.
—¿Puedo preguntarte una cosa? –preguntó al fin, viendo que el hada no tenía pinta de irse ni ningún interés especial en atacarle.
Tintineo de alas.
—¿Sabes algo de unas ovejas desaparecidas?
Nuevo tintineo de alas.
Ya pensaba que no iba a haber más respuesta que ésa cuando el hada le dio la espalda y empezó a volar ante él.
—Sígueme, mi reina querrá conocerte.
Anchoílla gruñó, pero Angus McGregor decidió que, si quería recuperar a sus ovejas o, al menos saber qué había sido de ellas, no tenía más remedio que seguir a aquella extraña criatura.
Otra que me hace lo mismo, quiero saber como sigue... (Por cierto muy gracioso Angus...Jajajajajaja!!!)
EliminarMe ha encantado, pero quiero saber como continua...
Ya sabia yo q me habia pasado por aqui jejejejej...buenisimas las continuaciones,,las reunes todas y saldria algo...distinto jejejej
ResponderEliminarBesitos mi Laidy!